La gloria de la creación: Valorando la biodiversidad

Por Rabí Shaul David Judelman

Vivimos en un mundo increíblemente diverso, con aproximadamente 8.3 millones de especies únicas descritas por científicos, y probablemente el doble de ese número que aún no se han descubierto.¹ Fuentes judías enseñan que Dios siente júbilo por la diversidad y continuidad de la creación, y que Dios le ve un propósito a cada una de éstas especies. Esta biodiversidad es una expresión de la gloria de la creación, un testamento de la extraordinaria creatividad de nuestro Creador. Como nos enseña Rabí Jonathan Sacks², “la unidad de Dios se encuentra en la diversidad de la creación”.³

Una de las creencias más importantes del judaísmo está en la intención puesta por el Creador en su creación. Nuestra tradición tiene un increíble sentido de apreciación por la diversidad y cantidad de especies en esta tierra. Además, nos beneficiamos de ella y podemos aprender mucho de las otras especies. Como seres humanos, amos y guardianes del mundo, es nuestra responsabilidad apoyar la continuidad de esta diversa y extraordinaria creación. Reconocer esto nos debe incitar a usar el mundo natural con gran cuidado y responsabilidad.

Intenciones del Creador

En el comienzo de Génesis, la Torá describe el dominio humano sobre todas las creaturas. Estos versos han mostrado ser profundamente premonitorios. El desarrollo tecnológico de hoy ha demostrado su dominio en la mayor medida posible. Los metales en nuestras computadoras, los componentes orgánicos en nuestras medicinas e incluso el papel en nuestras manos son todos ejemplos de nuestro dominio sobre el mundo.

Pero además de ser usado por los seres humanos, cada especie también tiene un propósito divino. Según el sabio talmúdico Rav, “De todas las cosas que el Santo, bendito sea, creo en este mundo, Él no creo nada sin un propósito”.⁴ Por ejemplo, el Midrash enseña que, “Incluso las cosas que parecen ser prescindibles en este mundo, como las moscas, pulgas y mosquitos son parte de la creación, y ellos llevan a cabo la voluntad del Creador, incluso las serpientes, el mosquito y ¡hasta las ranas!”⁵ Todas las creaturas, desde los humanos hasta los ratones, los ríos y la arena se ven como una manifestación de la sabiduría y gloria de Dios. Esta increíble diversidad es una de las maravillas de nuestro mundo.

Esta biodiversidad puede ser una fuente de sabiduría e inspiración para los seres humanos. Dispersos por toda la tradición oral, están los registros de nuestros sabios de la Torá con su apreciación de las grandes complejidades del mundo natural. Por ejemplo, el salmo 104 nos enseña sobre los hábitats de muchos animales y la perfección con la que toman su lugar en el orden natural: “Lo que respecta a la cigüeña, el ciprés es su hogar. Las montañas altas son un refugio para las cabras salvajes, las rocas para los tejones”.⁶ El Tratado de los Padres nos enseña más adelante lo que podemos aprender de otras especies: “Yehudah Ben Teima dice, sé audaz como un leopardo, ligero como un águila, ágil como un venado y valiente como un león para cumplir con la voluntad de tu Padre en el cielo”.⁷

Comúnmente, para entender lo que nuestros textos intentan decir nos remitimos a las plantas y geografía de la tierra de Israel. En Salmos 128:3 dice, “Tus hijos son como brotes de olivo en torno a tu mesa”. Sin saber cómo los olivos crecen sus brotes alrededor de la base del tronco, y que el olivo es único porque se rehúsa a aceptar injertos de otros árboles, la bendición del salmo resultaría vacía. Éstas e incontables otras referencias en la tradición oral demuestran que nuestros sabios tenían una consciencia íntima sobre su entorno natural.

Maimónides nos enseña que contemplar la creación nos ayuda a cumplir con el mandamiento de amar al Creador. Él escribe:

“¿Y cuál es la manera de amar a Dios y temer a Dios? Cuando una persona contempla la increíble creación y las grandiosas creaturas y las ve en la invaluable, ilimitada sabiduría de Dios [esa persona] amará y lo alabará y tendrá un gran deseo de conocer el Gran Nombre. Como dijo el Rey David, ‘Mi alma tiene sed de Dios, la fuente de la vida´. … Como dicen los sabios acerca del amor, que por medio del amor a Dios, podemos conocer [al que] habló y el mundo creó”.⁸

La continuidad de la creación

La tradición judía está llena de fuentes que indican la importancia que Dios le da a la continuidad de las especies, desde la prohibición de mezclar especies (kilayim)⁹, hasta el requerimiento de mandar lejos a la madre ave antes que tomen los huevos (shiluaj haken).¹⁰ El Ramban entiende “la existencia permanente” de la creación como la razón clave del porque Dios consideró que era “muy bueno” lo que creo en el sexto día,¹¹ y entiende la instrucción de Dios “Que haya vegetación sobre la tierra” como una representación de la incorporación intencional de la capacidad de renovación y regeneración en el esquema de la creación.¹²

En el siguiente extracto del Talmud, Rabí Hanina bar Papa explora el origen del gran júbilo de Dios por la creación, a partir del hecho que ciertas especies se reproducen “de acuerdo a su tipo”.

Rabí Hanina bar Papa explica el verso (Salmos 104:31) “Que la gloria [kavod] de Dios sea para siempre, pues Dios se regocija con su creación”. [¿Cuál era el gran júbilo de Dios sobre su creación? ¿Cuál es la conexión entre el júbilo y la gloria?] El ángel ministrador del mundo exclama este verso en el momento que el Sagrado, Bendito sea, le dice a los árboles que germinen las semillas específicamente para cada especie, para el pasto, por él mismo, hizo una deducción talmúdica. [Ellos razonaron:] “Si el creador desea que todas las especies se mezclen, entonces ¿por qué ordenaría ‘semillas para cada especie’ a los árboles? [Aparentemente, por lo tanto, Él quiere preservar su integridad y que no se crucen]. Y más adelante, cada uno de los árboles se levanta propiamente aunque fueron mandados a generar su propia semilla, [por lo tanto] nosotros, el pasto debemos [generar] con más razón nuestra propia semilla.” Inmediatamente cada pasto generó semillas para su propia especie y el ángel ministro del mundo proclamó, “Que su gloria sea para siempre, pues Dios se regocijó por su creación”.¹³

En esta enseñanza, la gloria de Dios es expresada por los sabios por medio de la multitud de especies, y su capacidad para procrear, para perdurar “l’olam”, para siempre. Los sabios vieron a Dios estar feliz porque las creaciones (en este caso, el pasto) estaba buscando perdurar su existencia. Parece que el pasto reconoció el esfuerzo invertido en su creación y buscó preservar la característica única de su especie. Dios se regocija cuando un elemento de su creación entiende e implementa su voluntad, de la misma manera que un padre se regocija al ver a su hijo continuar el camino del bien.

La tradición judía nos enseña que Dios considera importante la continuidad de la creación. Mientras que especies van y vienen, si es por nuestras acciones que estamos causando directamente la extinción de ellas, y ciertamente si las acciones del hombre como grupo están causando un evento de extinción masiva en este momento de la historia, debemos parar y pensar si estamos faltando al respeto del valor de esas creaciones dentro del plan divino, y quizá estamos destruyendo aspectos de la creación impregnados con sabiduría e intención divina.

Hoy, nuestras acciones han empezado a amenazar el bienestar de muchos ecosistemas y sus especies. Claramente estamos teniendo dominio, pero ¿estamos cumpliendo nuestro trabajo de guardianes? En nuestras acciones, ¿qué tan bien estamos aplicando la intención del Creador hacia Su creación?

La biodiversidad hoy

Los ecologistas han descubierto el grado de interdependencia en todos los elementos distintos de la creación. Sin el sol, el agua y los microbios de nuestra capa vegetal no tendríamos que comer. Sin la gran extensión de selvas tropicales convirtiendo el dióxido de carbono en oxígeno, nos costaría trabajo respirar. Aún la más diminuta de las especies algunas veces juega un papel crítico dentro del espectáculo de la vida. ¹⁴

Nuestras fuentes aluden a este increíble fenómeno cada que vez que participamos en este mundo, aún después de un simple sorbo de agua. La bendición después dice: “Bendito eres Tú, Creador de muchos seres vivos y sus faltas, por todo lo que haz creado para mantenerlos, ¡Bendito es el que da vida a todo!” Esta bendición subraya la interdependencia de todas las cosas.

Los científicos definen la biodiversidad como “todas las especies de plantas, animales y micro-organismos que existen e interactúan dentro de un ecosistema”.¹⁵ La diversidad de especies en un ecosistema enriquece su capacidad para adaptarse al cambio. Así como el éxito de un equipo deportivo depende de la variedad de habilidades de cada jugador para adaptarse y enfrentar varios retos, un espectro diverso de vida animal y vegetal en cada biosfera es necesario para desarrollarse en medio de los cambios de la naturaleza.

Mantener a las especies en la biodiversidad es un reto global que requiere de una colaboración global para obtener resultados significativos. Para enfrentar este reto, en 2002, las 193 naciones que firmaron el Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica¹⁶ aprobaron un objetivo para lograr en el 2010 “una reducción significativa del ritmo actual de la pérdida de biodiversidad a nivel global, regional y nacional, como una contribución para la reducción de la pobreza y el beneficio de toda la vida en la tierra”. Más adelante, en 2002, este objetivo fue respaldado por líderes mundiales en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, Sudáfrica.¹⁷

La segunda Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica (GBO-2) en 2005 ungió la importancia de llegar a este objetivo, declarando que “somos actualmente responsables por el sexto mayor evento de extinción en la historia de la tierra,”.¹⁸ Los reportes de la GBO monitorizan aproximadamente 3,000 poblaciones de especies salvajes.

La tercera Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica (GBO-3), acontecida en 2012, reconoció el fracaso de los gobiernos para llegar al objetivo del 2010. El reporte advirtió que “hay un alto riesgo de pérdida dramática de biodiversidad y va acompañada de un amplio rango de degradación de los servicios ambientales si los ecosistemas se oprimen más allá de cierto umbral o punto de inflexión”.¹⁹

De acuerdo a la GBO-3, los anfibios están “deteriorando” su posición, y se estima que casi 25% de todas las especies de plantas están amenazadas con su extinción. El reporte muestra que entre 1970 y 2006, las especies salvajes de vertebrados cayeron con un promedio de 31% globalmente, con un declive “especialmente severo en los trópicos (59%) y en los ecosistemas de agua dulce (41%)”. Los estudios indican que las especies en todos los grupos con tendencias conocidas están, en promedio, siendo llevadas más cerca de la extinción.²⁰

El bienestar del hombre depende de los servicios proporcionados por los ecosistemas saludables y biodiversos. Sin embargo, como reportó la GBO-3, los bosques tropicales, las aguas continentales y los pantanos en el mundo continúan perdiéndose a un ritmo vertiginoso.²¹

De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente, “La pérdida de biodiversidad hace a los ecosistemas más vulnerables a choques y alteraciones, menos resistentes, y menos capaces de proveer a los humanos con los servicios necesarios”.²² La GBO-3 reporta pronósticos sobre los efectos de la pérdida de biodiversidad y los trastornos de los ecosistemas, pues se resentirán desproporcionalmente por la pobreza rural, ya que dependen directamente de la biodiversidad para obtener particularmente una gran proporción de sus necesidades básicas.²³ Un impulsor de la pérdida de biodiversidad es la destrucción de hábitats, y esto también afecta a los seres humanos. Por ejemplo, el daño a las comunidades de la costa por inundaciones y tormentas puede crecer de forma dramática cuando los hábitats de pantanos se destruyan o sean debilitados.

Los efectos de la pérdida de biodiversidad también se sentirán por los humanos de otras maneras, pues dependemos de las plantas y los animales para obtener alimento y medicinas. Esto representa una amenaza a la salud y bienestar de millones de personas que dependen directamente de la disponibilidad de especies salvajes. Globalmente, alrededor del 80% de las personas en países subdesarrollados dependen de medicinas tradicionales, la mayoría de las cuales son derivadas de plantas.²⁴

En relación a estas pérdidas, el Rambam enseñó:

…en toda generación se descubren nuevos beneficios y tipos de frutas que no se conocían antes, y muchos beneficios se derivan de ellos, y [mientras] no esté en capacidad del hombre [actual] derivar los beneficios de todo lo que crece… será revelado por medio de la experimentación mientras pase la generación.²⁵

En nuestros tiempos las palabras proféticas de Maimónides se han cumplido.²⁶ De 520 medicinas nuevas aprobadas en los Estados Unidos entre 1983 y 1994, 39% fueron productos naturales derivados de ellos. Además nueve de las veinte medicinas sin proteína más vendidas en 1999, se derivaron, directa o indirectamente de productos naturales. Éstos tuvieron una venta anual combinada de más de 16 mil millones de dólares.²⁷ En promedio, las especies de aves y mamíferos utilizados para alimento y medicinas se enfrentan a un riesgo mayor de extinción que las especies que no se usan tanto. Rápidamente se están moviendo a categorías de más riesgo, en parte gracias a la sobre explotación y pérdida de hábitat.

Las cinco principales fuerzas que provocan directamente la pérdida de biodiversidad son el cambio del hábitat, la sobre explotación, la contaminación, las especies invasivas ajenas y el cambio climático.²⁸ Para enfrentar esta amenaza, necesitamos mejorar nuestra eficiencia en el uso de la tierra, energía, agua fresca y materiales, y apoyar los esfuerzos para minimizar el consumo desmedido.²⁹

La pérdida de hábitat es el factor clave para el declive de la biodiversidad. Por ejemplo, en los Estados Unidos, más del 85 por ciento de los hábitats forestales se han destruido por completo o talado en los Estados.³⁰ Empeoramos este problema comprando productos de madera no sustentable. Una de las mayores causas de destrucción de los bosques es el talo ilegal, alimentado por la alta demanda de madera y productos de madera en nuestras tiendas y casas. El comercio internacional de productos talados ilegalmente está estimado en 5 mil millones de dólares al año.

Para ayudar a proteger la diversidad de las especies, pregunta de dónde vienen tus productos de madera (como muebles de jardín, herramientas o piso de madera). Busca el sello de FSC Internacional (Forest Stewardship Council). Si no lo ves, ¡pregunta!³¹También puedes comprar muebles usados y otros productos. Y cuando vayas a tirar muebles, regálalos en vez de tirarlos.

Si comes pescado, otra manera de reducir el declive de especies es comprar pescado de poblaciones sólidas. El Monterrey Bay Aquarium’s Seafood Watch nos da información de ayuda para tomar decisiones más informadas.³² Finalmente, no compres productos hechos de cuero, piel, hueso, concha, picos o pezuñas de especies en peligro de extinción.³³

En este artículo hemos aprendido sobre las intenciones de Dios detrás de la diversidad de las especies en la creación, el misterio que se desenvuelve de cómo cada especie está haciendo su parte para sustentar el todo. Imitar los atributos de Dios es un valor clave en el judaísmo,³⁴ debemos emular la preocupación de Dios por la diversidad de su creación. Podemos empezar por preservar mejor, observar y apreciar las increíbles creaturas que viven a nuestro lado. Permítenos emular al Creador con nuestra apreciación de toda la creación, y tomar acciones ahora para proteger la biodiversidad para nosotros y las creaturas semejantes en el planeta.

Criado en Seattle, Washington, Shaul Judelman fue a Israel después de terminar su Licenciatura en la Pitzer College y haber recibido su ordenación rabínica en la Bat Ayin Yeshiva. Fundó y dirigió el Eco-Activista Beit Midrash de 2005-2011 y participó en Halijot Olam, un grupo de reflexión halájico sobre temas ambientales. Hoy, es el director de JiVE Voluntarios de Jerusalén para el Medio Ambiente (Jerusalem Volunteers for the Environment), una iniciativa de Teva Ivri y vive con su familia en Gush Etzion.